Castilletes es su hogar, lugar donde nacieron y al que defienden. A lo largo de su estadía han fortalecido los lazos que los retienen allí, haciendo que se establezcan en una tierra con gran belleza, pero que no ha evolucionado a la par de las sociedades modernas.
Ellos, la familia Oquendo, son -hasta ahora- los únicos habitantes de Castilletes. Petronila Montiel y Martín Oquendo, ambos de la etnia wayuu, fueron los primeros hace más de 40 años, según relató Montiel.
Petronila y Martín, fallecido hace dos años, formaron a su familia en la tierra que aún habitan ella y sus ocho hijos adultos y pescadores, en su mayoría.
Cerca ocho casas están establecidas en el territorio fronterizo. La casa principal es la de Petronila, y las otras son las de sus hijos, para un total de 20 personas, aproximadamente.
Pocas personas pueden vivir en esta zona, según afirmó el teniente Solórzano Castillo, Comandante del Quinto Pelotón de la Cuarta Compañía en Castilletes, quien indicó que acuerdos entre Colombia y Venezuela así lo disponen.